¿PARA QUÉ SIRVE?
Un
pulsómetro, pulsímetro o monitor de ritmo es un dispositivo que nos permite
medir la frecuencia cardíaca en tiempo real, pudiendo así olvidarnos, cuando
hacemos ejercicio, del no muy preciso “método de la abuela” de presionar con
los dedos índice y corazón directamente sobre la carótida y contar mentalmente
los latidos.
¿QUÉ TIPOS DE PULSÓMETROS EXISTEN EN EL MERCADO?
Originalmente
este dispositivo constaba de dos elementos:
Una banda con electrodos que se coloca en el pecho y registra la actividad eléctrica del corazón, y un reloj o pulsera donde se expresan en tiempo real los registros medidos por dicha banda.
La precisión de este dispositivo en condiciones normales es muy alta, pero tiene el
inconveniente
de la incomodidad de esa banda presionando alrededor del pecho y su bajo
rendimiento en ciertas actividades como la natación.
Actualmente
existen los pulsómetros directamente incorporados en los relojes inteligentes y
en las pulseras de actividad que funcionan con un lector óptico, son
relativamente nuevos, y compiten contra los anteriores principalmente por su
comodidad.
¿Cómo funciona?
La
frecuencia cardíaca en este caso es captada mediante un sensor óptico de entre
1 y 3 LEDs de color verde que en combinación con unos fotodiodos detectan el
flujo de sangre de tu muñeca en un momento concreto.
La
sangre es de color rojo, por lo que absorbe la luz verde.
Cuando el corazón late, se produce un aumento
en el flujo arterial en la muñeca,
por tanto, la absorción de la luz verde
también lo hace.
Por
el contrario, el flujo sanguíneo y la
absorción de luz entre latido y latido es menor.
El
parpadeo de los LEDs centenares de veces/min hace posible calcular la cantidad
de veces que el corazón late en un minuto, y así, determinar el ritmo cardíaco.
Existen
una serie de factores que pueden afectar a la lectura del ritmo cardiaco con
este tipo de dispositivos:
- La perfusión de la piel
- Climas muy fríos
- Los tatuajes
- Poco ajuste del dispositivo a
la muñeca
Actualmente
los nuevos sensores ópticos de las pulseras de actividad están diseñados para
compensar ciertos niveles de baja intensidad sobretodo cuando se producen por
un pobre ajuste del dispositivo a la piel aumentando tanto el brillo de las
luces como la frecuencia del parpadeo de las mismas.
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